martes, 4 de noviembre de 2014

El posible mal sueño.

"Todo ha sido un mal sueño" me susurraba mientras me rodeaba con sus brazos, "estás aquí, conmigo, estoy protegiéndote"
No era un mal sueño, era peor, ya que por desgracia, no era cierto, aquella noche soñé con una vida paralela, una vida en la que no había asesinos, ni ladrones, ni violadores, ni tan siquiera corruptos o estafadores. En aquella vida yo era feliz, mis sueños y metas se habían cumplido. El hecho de despertarme me derrumbó, a la noche siguiente soñé lo mismo, esta vez estaba sola, preferí que ocurriese de esa manera; comencé a llorar de rabia, de impotencia; ojalá ese mundo existiera. De tanto soñar con ese mundo llegué a pensar que era verdadero, mi pasado poco a poco se iba convirtiendo en simples retazos terroríficos que no recordaba si era ficción o realidad, y es que de tanto vivir en esa vida paralela que mi mente había creado pidiendo socorro, me creí mi propia felicidad. El haberme despertado me hizo ver todo a mi alrededor. Me levanté de la cama dejando atrás la almohada llena de lágrimas y las sábanas empapadas en sudor; me acerqué al espejo y paré a contemplarme, todo aquello lo había conseguido yo tras todos estos años de sufrimiento, me gustase o no, ese cuerpo y ese rostro era yo misma... Me limpié las lágrimas; "sólo ha sido un mal sueño" susurré, "adáptate, vive y estate orgullosa de tus propios pasos, así conseguirás esa felicidad".
No he vuelto a ese sueño, por su puesto mi vida no ha cambiado mucho desde él; sin embargo, si ha cambiado la forma de afrontarla, mira hacia adelante. No merece la pena lamentarse por lo imposible, lo que realmente la merece es demostrarte que no lo es.


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